viernes, 2 de mayo de 2008

Onomástico

Aunque por costumbre el "Día del Trabajo" acostumbro celebrarlo en total ocio, ayer decidí darle la sorpresa a mi prima y fui a saludarla por su cumpleaños.

La iniciativa no fue mía pero me alegra haber ido pues me reí a raudales y bailé, comí, bebí. En resumen, anoche pasé una muy agradable velada en casa de mis carismáticas primas.

Es curioso como habiéndolas conocido hace relativamente poco, encuentro fácil sintonizar con ellas. Quizás la palabra exacta no sea "curioso" sino mas bien "paradójico". Al tomar contacto con la mayor de las dos, de manera fortuita en el ciberespacio, la relación con sus medio-hermanos y medio-hermana se tornó de indiferente a violenta.

Así, año y medio después, pasé de un guión propio de película Disney a uno de Hithcock. El resultado, sin embargo, es alentador. Las tropelías e histerismos de aquellos carecen de importancia cuando puedo disfrutar de la buena compañía de mis (ya no tan nuevas) primas: Carmen y Lucero.