martes, 2 de febrero de 2010

Conversación en un taxi sobre lo ocurrido en Cusco

El viernes último, mi familia y yo aún estábamos consternados e indignados por los sucesos ocurridos durante la semana en Cusco debido a las lluvias. Aunque ante la proximidad de la fiesta de la Candelaria, nuestra preocupación se iba enfocando en la posibilidad de lluvias en Puno, destino al cual la menor de mis hermanas asistirá por tercer año consecutivo para danzar su tan apreciado Caporales.


Es así que esa mañana antes de salir a trabajar, mi otra hermana señaló con preocupación que en las noticias ya mencionaban las lluvias azotando el departamento altiplánico. Por mi parte, consideré el asunto y no me quedó más que desear que no hubiera mayor problema, pues resultaría muy difícil evitar el viaje de la menor.


Casi una hora después, estaba yo en el paradero deseando que un taxi colectivo apareciera antes de que fuera demasiado tarde. El tiempo pasaba y no solo ningún colectivo aparecía sino que tampoco estaban ninguna de las otras chicas con las cuales me uno para compartir taxi en ocasiones similares. Un señor, que al parecer también tenía prisa, me preguntó hasta donde iba y a continuación propuso compartir uno. Dadas las circunstancias acepté de inmediato, aunque el costo entre los dos sería mayor que entre los usuales cuatro. Cuando por fin un taxi accedió a llevarnos después de regatear un poco, el señor en cuestión, amablemente me indicó que solo debería pagar el costo acostumbrado de un taxi colectivo.


Fue apenas nos acomodamos en el auto que me di cuenta de la buena disposición del señor para la charla, pues estando él sentado adelante y yo detrás, se acomodó en su asiento como para continuar el intercambio de palabras por algo más que unos minutos.


Así supe que era operador turístico, había llegado esa misma mañana del Cusco y la conversación inició con el asunto del problema en Aguas Calientes o Machu Picchu Pueblo. Mostraba al mismo tiempo su enojo y rechazo al decir que no contamos con helicopteros y que de no ser por los países que apoyaron no se habría logrado nada en cuanto a rescate. Además, agregó que era cierto, los primeros rescatados fueron "gringos" y europeos mientras que las dificultades fueron mayores para evacuar a los grupos de turistas latinoamericanos, entre ellos algunos de su equipo.


A continuación me habló de la existencia de una alternativa al acceso a las ruinas. Estaba convencido que un servicio de turismo guiado en buses, acondicionados con todas las comodidades, podría recorrer la ruta desde la ciudad del Cusco en lugar del tren. Se lamentaba que no se pueda contar con una carretera de esas condiciones.


Entonces mencionó algo que no había escuchado antes e ignoro cuánto habrá de verdad. Según este señor Keiko Fujimori es accionista de PeruRail y hace años, durante el gobierno de su padre, hubo la posibilidad de construir una carretera en esa ruta, por una zona que no está al borde de los cerros y sin peligro de derrumbes (mencionó un nombre que comenzaba con Huay.... o algo similar, pero no soy buena reteniendo detalles).


En aquél tiempo, según dijo, no solo fueron los de PeruRail los que evitaron la construcción de la vía alternativa, al parecer con el beneplácito del gobierno de turno, sino también los hoteles del lugar. Estos últimos porque procuran mantener el mayor tiempo posible a los turistas en la zona de Aguas Calientes y Machu Picchu, pues si hubiese una ruta alternativa los turistas podrían llegar y retirarse sin pasar la noche en el lugar.

Además agregó, sería conveniente para el turismo establecer horarios de entrada para grupos que no sobrepasen el máximo permitido de turistas en el lugar. Me explicó que no está permitido tener mas de cierta cantidad de turistas al mismo tiempo en el complejo arqueológico (me parece que eran dos mil), por lo cual solo ingresa esa cantidad como máximo cada día. Sin embargo si establecieran horarios, entraría un grupo por esa cantidad como máximo y luego saldría para que ingresara el siguiente, y así hasta tres o cuatro grupos por día. Los cuales, por supuesto, llegarían en un trayecto de ida y vuelta, en los buses que propuso antes, permaneciendo solo un par de horas visitando las ruinas.


Como no hay malo que por bien no venga, según reza un antiguo dicho, los beneficiados indirectos con el desastre en Cusco fueron los arequipeños. Como este señor viaja todo el tiempo, también había estado en la blanca ciudad. Llegando del aeropuerto se había dirigido a uno de los hoteles con los que acostumbra trabajar, tan solo para pedir una habitación que le permitiera asearse. Le dijeron: 'No se puede hermanito, estamos llenos'. Haciendo sus averiguaciones descubrió que Arequipa estaba ocupado en lo que el consideraba un 99% de su capacidad.


Esto se explica pues Arequipa está en camino a Cusco. Debido a que el circuito turístico en la ciudadela inca fue cerrado, aquellos que se encontraban en Arequipa al momento del desastre optaban por permanecer ahí. Mientras, aquellos que estaban recién llegando al país y ya no tienen la oportunidad de visitar Machu Picchu, también estaban siendo derivados solo hasta Arequipa. El mismo señor del taxi estaba en Lima en espera de un grupo que venía de Europa con los cuales tenía la ruta Ica-Arequipa-Cusco. Sin embargo, iban a extender la permanencia en Ica y Arequipa pues preferían evitar llevar sus turistas hasta el ombligo del mundo.


Hasta ese momento yo moría de impaciencia por preguntar si sabía algo de la situación en Puno. Apenas mencioné la Candelaria y Puno, el señor se deshizo en halagos, diciendo que 'Puno está lindo', a 5º de temperatura pero las calles llenas de danzantes practicando para la gran fiesta. Él por supuesto, había llegado directo a su hotel, pero dijo que no había problema de lluvias en el aeropuerto de Juliaca. Agregó que este año habría una sorpresa durante las fiestas pues habían decidido usar la música autóctona de Puno. Habló un poco más sobre Evo Morales y la controversia por el traje de la Diablada, diciendo que a Evo se le disculpa su ignorancia pues no tiene mayor instrucción. Habiendo sido únicamente dirigente cocalero, con las implicancias del caso, no hay razón para discutir sobre el origen de algo que pertenece a la región, más que a un solo país como es Bolivia o Perú. También mencionó la fiereza de las gentes del altiplano, descendientes de una casta de antiguos guerreros. Del modo en que le entendí, en la zona la amabilidad no es solo "buenas costumbres" sino método de sobrevivencia.


Mi última duda fue sobre la situación del aeropuerto en Cusco, pues los vuelos a Puno usualmente hacen escala ahí, pero dijo que en la ciudad el clima estaba normal y no había ningún problema.


Así transcurrió amenamente el recorrido esa mañana, hasta que finalmente llegué a mi destino mientras el señor del taxi continuó el suyo.