miércoles, 4 de junio de 2008

El idiota de mantenimiento

Hace algún tiempo que no perdía tanto la paciencia ni me sentía con tantos deseos de jalarle las orejas a alguien como hoy. Bien dicen que en todos lados se cuecen habas y mi centro de trabajo no es la excepción, en realidad es la gran olla de grillos.

En esta ocasión quien causó mi fastidio fue el "Jefe de Almacén", jefe de si mismo porque nadie mas trabaja en almacén; con excepción del "Asistente de Ventas" que casi nunca vende porque siempre sale a comprar o a cobranzas. Entre ambos se encargan de las labores de mantenimiento, puesto que no hay un puesto definido como tal. El jefe de almacén trabajó anteriormente en labores de carpintería y tiene experiencia en ello.

Es así que necesitando habilitar un escritorio exclusivo para el contador, el gerente le pidió al jefe en cuestión que diera nuevo lustre a un antiguo escritorio. Por mi parte, observando durante la semana su trabajo, me di cuenta que mi escritorio lucía viejo y deslucido y así se lo hice saber al gerente. Sus palabras fueron: "Hay que pedirle suavecito nomas a Gargie", osea de favor.

Lo cierto es que el escritorio, del mismo modelo que el mío, ha quedado como nuevo, entonces aprovechando que lo estaban colocando y sabiendo que pronto sale de vacaciones dije con mi voz más suave y señalando mi escritorio: "Gargie, para cuando regreses...". Su respuesta fue: "Consíguete tu carpintero!".

Supongo que tiene razón aunque obviamente no vaya a hacerlo. Al idiota de mantenimiento le pidieron que haga esa labor por favorcito, aún cuando lo hizo en sus horas de trabajo, dejando de lado otras labores, usando recursos de la empresa y ,eso sí, sin cobrar aparte por ello.



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