jueves, 17 de enero de 2008

Pensamientos de inicio de año

Tener un blog, sonaba bien. Escribir siempre me ha parecido una buena idea, aunque la mayoría de las veces mis apuntes eran solo mentales y nunca conocieron papel (o pantalla). Con el largo trayecto de casa a todos lados, es fácil ocupar el tiempo pensando, imaginando, cavilando.

Dependiendo del humor de cada día asumo actitudes distintas, un día me gusta algún bebe que observo en el carro y me sonríe, otro día estoy maquinando respuestas para algún cobrador atrevido y al siguiente llego a alguna conclusión que puede o no ser verdadera. Cada día tiene sus hechos, sus sorpresas, y con ello voy tramando ideas, encadenando situaciones, construyendo historias que se esfuman apenas toco tierra nuevamente.

Y vaya que si me cuesta tocar tierra! A menudo he escuchado decir que vivo en las nubes, que seguro tengo la cabeza en la luna, o cosas similares. Y no los culpo. Me cuesta un poco aterrizar, aunque no tanto como antes cuando me resultaba difícil sentirme a gusto en este mundo.

Ahora lo difícil es mantener un blog, darle vida. Generalmente hay un tema en particular que atrae a quienes lo visitan. ¿Cuál sería ese tema en mi caso? Cada año tengo un interés nuevo. En ocasiones duran menos que eso. La constancia no es una de mis virtudes y soy discípula del pato de la fábula de Tomás de Iriarte.

Fue en primaria que leí esta fábula, y ya entonces comprendí con quien me identificaba mejor. Así como el pato, cuando me canso de algo me ocupo de otra cosa. Diestra o maestra en algo, no soy. Mis aficiones han pasado por diferentes etapas, desde mitología griega, pasando por bricolaje, juguetes miniatura, las estrellas, historia universal, el zodiaco, historia de América, arte, música, italiano, tarot, piedras, etc. etc. Lo que recuerdo acerca de todo ello es dudoso, pero forma parte de mi.

En alguna época un amigo me recomendaba escribir a manera de terapia. Él tenía razón. Claro que él ignoraba que yo ya escribía, con la mayor incoherencia a menudo porque expresaba mi mundo interno, caótico y desordenado. Ahora no me siento tan caótica. Le doy cierto orden a mi mundo. O al menos eso espero.

Si algo no ha cambiado mucho de aquél entonces a hoy, es que no tengo claro mi objetivo de vida. O mas bien, si lo tengo claro no me animo realmente a seguir ese camino. Bien, no es un camino, son varios. Si solo viera un camino, esa no sería yo. Así que seguiré mis instintos y tendré un blog ecléctico tal cual soy. Quizás en el trayecto encuentre el camino amarillo... del tono mas adecuado a seguir... por algún tiempo.

EL PATO Y LA SERPIENTE
A orilla de un estanque,
diciendo estaba un pato:
"¿A que animal dio el cielo
los dones que me ha dado?
Soy de agua, tierra y aire:
cuando de andar me canso;
si se me antoja vuelo;
si se me antoja ando".

Una serpiente astuta,
que le estaba escuchando,
le llamo con un silbo,
y le dijo: "¡sea guapo!
no hay que echar tantas plantas;
pues ni anda como el gamo,
ni vuela como el sacre,
ni nada como el barbo;

Y asi tenga sabido
que lo importe y raro
no es entender de todo,
sino ser diestro en algo".

(Tomas de Iriarte)

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