martes, 22 de enero de 2008

Tres hermanas


En un principio éramos dos. Recuerdo bien eso. Aunque cuenta la leyenda que no habían pasado muchos meses desde que éramos dos cuando intenté rescatar mi unidad.

Cuenta un testigo que a los pocos meses de nacida mi hermana, me encontró sobre ella en su cuna (anteriormente mía) y probablemente en actitud de querer sofocarla. Mi madre no se cansa de contar diversas anécdotas sobre mi infancia... la de mis hermanas y la suya propia.

Lo único rescatable de aquellos años del terror y los apagones en los años 80, fueron las historias a la luz de la vela con que nos regalaba mami, maddre!, Marina y algunas veces Maggiiina!. Mi padre, quizás porque también disfrutaba de las historias de Marina o quizás por ser de caracter reservado, no aportaba mucho. A menudo yo prefería que mami nos cuente anécdotas a escuchar la conversación de ambos, cuando hablaban sobre terrorismo. Si hablaban del trabajo era otra historia, en ocasiones también habían conflictos y podían afectarles a ellos, pero no me afectaban a mi tanto como los atentados terroristas, o al menos eso era lo que yo creía.

Mi hermana nació al año siguiente de mi propio nacimiento, es decir, aún no terminaba de acostumbrarme a tanto mimo cuando surgió una competidora! Y aunque muchas veces nos preguntaron si éramos mellizas, lo cierto es que resultamos ser bastante opuestas, complementariamente opuestas. Siendo cómplices de travesuras, no conseguimos ser mejores compañeras de juego: a mi me gustaban los carritos, a ella las muñecas. Ambas teníamos muñecas, desde muy pequeñas mis padres nos procuraban todo en pares, desde juguetes hasta ropa. Únicamente cuando fuimos creciendo nos dieron a escoger.

Mas o menos en ese momento surgió la menor de nosotras, poco después del "accidente", cuando el terror comenzaba a sentirse peligrosamente cercano. Recuerdo que la bebé no tendría mas de un año cuando lloraba tanto que mi hermana y yo estábamos hartas! No nos dejaba ver televisión tranquilamente, siempre buscando llamar la atención. Eran tiempos difíciles pues nuestra niñez acomodada poco a poco se iba transformando.

Luego la pequeña fue creciendo, no mucho, para su mal demasiado mimada por la señora que nos cuidaba. Aún así era una niña muy coqueta, un gorgojeo de gotas cayendo en una cascada!. No fue difícil notar sus dotes artísticas, tenía tal gracia que siempre hablamos de llevarla al show de Yola Polastry, aunque nunca lo hicimos.

A pesar del dicho "Dos son compañía, tres multitud" parece ser que el trío es sinónimo de equipo. Ampliamente usado, las referencias al respecto son múltiples y diversas. Cuando niñas nos decían "Las tres Marías", por una novela de años anteriores que los mayores recordaban. En literatura: Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas como símbolo de compañerismo y fidelidad, lo mismo aplica para Harry Potter y sus dos compañeros de aventuras.


Desde la época de las tres Marías, hasta las explosivas Powerpuff Girls de la actualidad, el atractivo de tres hermanas se ha mantenido. Ser parte de tres hermanas tiene su encanto, como bien podrían decirlo las brujitas de Charmed, y aún cuando las tres no podamos ser brujas, el "Poder de Tres" no es algo que se pueda despreciar.

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